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Nadie puede asegurarnos estabilidad económica constante y menos aún en los tiempos de incertidumbre que vivimos hoy en día. Es por eso que te presentamos algunos consejos por si te ves complicado con deudas y atrasos que no sepas cómo afrontar.

En primer lugar, es importante tomar dimensión de a cuánto asciende nuestra deuda para saber qué tan complicada está o no nuestra situación. Para eso, precisamos verificar qué gastos llevamos al día y cuáles son aquellos en los que estamos atrasados y que, por lo tanto, probablemente estén generando intereses moratorios.

En segundo lugar, debemos tener en cuenta cuáles son aquellas deudas que debemos tratar de solucionar con mayor prontitud. Para eso, es necesario que establezcamos un orden de prioridades e intentemos primero ponernos al día con aquellos servicios que son esenciales como puede ser la luz o el agua del hogar.

Otro punto importante es contactarnos con la empresa con la que mantenemos la deuda para explicar la situación y, en conjunto, intentar buscar una solución que se adapte a nuestras posibilidades. Toda empresa valora la comunicación del cliente, incluso cuando estemos imposibilitados de poder cumplir con ellos. Se puede pedir un aplazamiento en los vencimientos, una cancelación anticipada o solicitar una refinanciación de la deuda comprometiéndonos a abonar un monto mensual acorde a nuestras posibilidades por más limitado que este sea.

Una vez que comencemos a reordenar nuestras deudas, es importante limitarnos a gastar lo mínimo indispensable hasta poder regularizar nuestra situación. Evitemos cargos en tarjetas de crédito, gastos innecesarios o pequeños lujos que pueden ser postergables.

Por último, el orden es el mejor aliado en estas situaciones donde las fechas, los plazos y los montos nos pueden jugar una mala pasada. Ordenemos nuestra agenda, registremos los acuerdos que hayamos hecho con cada empresa y no olvidemos cumplir con lo acordado.

Al fin de cuentas, como dijimos, nadie está exento de poder verse desbordado por deudas o de pasar alguna crisis financiera que lo desestabilice económicamente. Lo esencial es poder llegar a acuerdos que podamos cumplir y así mantener una buena relación entre nosotros y nuestros acreedores para poder seguir trabajando juntos a futuro y no ver nuestro historial crediticio dañado innecesariamente.